Por muchas décadas el estado dorado de California nos prometió un Nuevo comienzo y la oportunidad de convertir nuestros sueños en realidad.
Pero el estado se ha desviado bastante de ese objetivo en la última década.
No hay duda de que la recesión ha sido culpable en gran parte de ese problema. Sin embargo, el proceso presupuestal de California, así como las crisis fiscales crónicas han empeorado las cosas, sobre todo para las familias e individuos de las clases media y trabajadora.
California ha enfrentado enormes déficits fiscales y sufrido miles de millones en recortes a nuestros más preciados recursos; escuelas públicas y universidades, parques estatales y playas, el sistema de salud, y servicios básicos de seguridad que protegen a los Californianos más vulnerables- nuestros niños, ancianos y discapacitados.
Gracias a la aprobación de la propuesta 30, en el 2012 California no ha enfrentado un déficit presupuestal por primera vez desde el 2002. Esta medida restaura más de $6 mil millones en nuevos ingresos para la educación pre-escolar, las universidades de Cal State y Universidad de California, y otros servicios vitales para el estado.
Pero un presupuesto balanceado no es lo mismo que un presupuesto equitativo.
Las escuelas de California hoy en día ocupan el lugar 46 de 50 en gastos por cada estudiante de pre-escolar. Muchos estudiantes de preparatoria que aspiran a una educación universitaria, no tienen forma de pagar las colegiaturas. Los recortes a programas de guardería significan que muchos padres trabajadores no pueden encontrar guarderías económicas de calidad para sus niños. De igual forma, la infraestructura de California, como nuestras carreteras, aeropuertos y planteles educativos se han deteriorado por la falta de inversión.
¿Cómo nos metimos en este enredo?
Sin duda la propuesta 13 que se aprobó en 1978 es responsable en gran parte de este problema. Si bien proporcionó un merecido alivio a muchos dueños de casas en california, también instituyo de forma injusta un vasto sistema de formas de evasión fiscal para muchos dueños de propiedades comerciales, incluyendo a algunas de las corporaciones más ricas del mundo. Cada año, California deja de recibir de $8 a $10 mil millones en impuestos a propiedades comerciales, dinero que podría utilizarse para contratar más maestros para nuestras escuelas, más policías y bomberos, expandir nuestras bibliotecas y más.
La propuesta 13 estableció un requisito que dice que la mayoría de incrementos a impuestos necesitan del voto de las dos terceras partes de la legislatura estatal o de los votantes. Esto ha hecho que sea sumamente difícil generar nuevos ingresos para las arcas de estado; lo cual deja como única alternativa los enormes recortes presupuestales.
El futuro de California ha sido un rehén, pero existe una solución.